Dice Federico González en El Simbolismo
Precolombino a propósito del rito de la iniciación que:
“La muerte a un plano de conciencia –tal vez
pudiera decirse, a un grado de experiencia– y la resurrección a un plano mayor,
en cuanto más amplio y universal al menos, están íntimamente ligadas a la idea
de destrucción del pasado, de fin de las imágenes conceptuales del hombre viejo
y renacimiento a otro mundo, el del hombre nuevo; y también con ideas de trabajo,
disciplina, orden, sacrificio –que viene de sacrum facere, de hacer
sacro–, o mejor, de autosacrificio, en relación con las pruebas que deben
sortearse y vencerse en los ritos de iniciación y que obligatoriamente han de
vivirse no sólo en la mera superficialidad, sino en la interioridad de la
conciencia, para estar efectivamente en el camino del Conocimiento, de la
intuición inteligente percibida de manera directa, es decir, para ser un
iniciado o tener algún grado de iniciación”.
En algunas tradiciones se dice que “cuando el
discípulo está preparado aparece el maestro”, y uno se pregunta qué querrá
decir “estar preparado” sino precisamente lo que expresa aquí Federico. ¿Y el
maestro? En realidad hay una misteriosa identidad entre el maestro “externo” y
el maestro “interno”. Una vez se “reconoce” al primero, el segundo hace su
aparición en lo más recóndito del corazón, y se convierte en el “jefe” de tu
mansión interna, es decir en su piedra angular, o “clave de bóveda”, o sea que
“Yo soy tu”, que es esa identidad, la que permite la posibilidad real de
trascender “por lo alto” la individualidad y de conocer los estados
suprahumanos.
No negar, ni mucho menos “matar” esa individualidad,
sino transmutarla, que es muy distinto, pues todos los elementos que la
componen han de participar de ese festín de la Inteligencia al que somos
invitados, nunca obligados, pues la libertad interior, por decirlo de alguna
manera, es un canon de la iniciación al Misterio. La cadena de unión humana
está engarzada simultáneamente con la cadena de unión suprahumana, mítica. ¿Qué
diferencia esencial existe entre Hermes, o Hiram, y quienes transmiten, y
reciben, su Palabra y su Arte? Francisco Ariza
https://franciscoariza.blogspot.com/
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